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martes, 25 de junio de 2013

Logros y desafío de la izquierda en Nicaragua





NICARAGUA: LOGROS Y DESAFÍOS DE LA IZQUIERDA
[1]Guillermo Gómez Santibáñez
CIELAC/UPOLI
Si pequeña es la patria, uno grande la sueña.
Mis ilusiones, y mis deseos, y mis
esperanzas, me dicen que no hay patria pequeña… 

                                                                          Rubén Darío
Nicaragua es un país con una rica cultura multiétnica y multilingüe, de aproximadamente 5.6 millones de habitantes, con una economía pequeña y muy dependiente, pero que sobresale en el istmo centroamericano por su tamaño y porque además se ubica casi en el centro del continente americano, cubriendo una superficie territorial de 129.494 kms².

La historia poscolonial de este pequeño país, que se hace grande por las insignes figuras de sus hijos que le representan, como el príncipe de las letras castellanas, el poeta Rubén Darío y el General de hombres libres Augusto C. Sandino, es dramática y convulsionada.

Comparte al igual que el resto de los países de América Latina un lastre de subdesarrollo y dominación imperialista, sin embargo, contiene también rasgos que marcan sus peculiaridades; que la distinguen en su evolución del resto de los países del continente. Entre sus peculiaridades está el hecho que Nicaragua, a lo largo de su historia republicana y en posición estratégica de su geopolítica, ha luchado y resistido contra posiciones entreguistas y de subordinación de los sectores dominantes, debiendo  enfrentarse militarmente a frecuentes intervenciones armadas norteamericanas desde mediados del siglo XIX y hasta entrada la década del 30 del siglo XX.

miércoles, 19 de junio de 2013

Forjadores de Paz





Capítulo I:   El paradigma de la Paz

"Solo hombres de visión planetaria y de corazón universal serán instrumentos útiles para el milagro de ser violentos como los profetas, auténticos como el Cristo, revolucionarios como el evangelio, mas sin dañar el amor".
                                                                           (Helder Camara)

1.      La construcción de la paz

En el año 1999 se lanzó en la Haya una campaña mundial de educación para la paz que tuvo dos objetivos fundamentales: Primero, obtener un reconocimiento público y un respaldo político que hiciera posible que se introdujera el tema de la cultura de paz en todas las esferas de la educación. Segundo, formar promotores de Educación para la paz para que sean constructores de paz activos y directos. Esta iniciativa fue de una enorme relevancia; sobre todo porque vivimos en medio de climas sociales y culturales generadores de conflicto y violencia, por lo que la capacitación de educadores para la paz contribuye a crear una reserva ética en nuestras comunidades, garantizando actores multiplicadores en el desarrollo de una cultura de paz.
La iniciativa y el esfuerzo por construir un paradigma de Cultura de paz, a partir de una plataforma mundial, tiene tres componentes: a) la investigación para la paz; es un eje epistemológico que parte de la producción de conocimiento científico, con el fin de poder encontrar categorías de análisis científico sobre el tema de la guerra y la paz. b) la acción por la paz; tiene que ver más bien con una categoría política, en el que los activistas por la paz buscan mayores niveles de incidencia para revertir procesos de conflictividad social, denunciar posiciones violentas y presentar alternativas de transformación de conflictos. c) educación para la paz; este componente es condición fundamental para lograr los objetivos de una cultura de paz. La razón es bien simple: la cultura de paz no es posible construirla sin una educación para paz. La educación trabaja con los referentes culturales y valóricos de la sociedad y posee un carácter intencional; lo que significa que los sujetos educativos son orientados hacia sus opciones y prácticas. En este sentido, el educador para paz es un facilitador que ayuda a organizar a las personas a partir  de sus conocimientos y valores para producir cambios cognitivos y actitudinales.

Identidad universitaria






CARTA SOBRE LA IDENTIDAD UNIVERSITARIA[1]

Guillermo Gómez Santibáñez

Director del CIELAC



Introducción

La universidad, como Institución de Educación Superior, o bien puede ser un ámbito donde se liberen los espíritus y se desplieguen en humanismo y razón, o bien, donde los espíritus se vuelven cautivos y se acomoden al adiestramiento de un interminable ejercicio de seudosaberes, que lo único que logra es reproducir relaciones de poder social y político frente a un sistema dominante y excluyente
Estoy plenamente convencido que la UPOLI es una Universidad distinta; con una Identidad bien definida y una trayectoria universitaria probada. A casi medio siglo de su presencia la UPOLI tiene argumentos, tradición y memoria para esta verdad.
Una primera razón que fundamenta esta afirmación es que la UPOLI es la segunda Universidad privada y de servicio público más antigua del país, después de la UCA, que obedece a un proyecto educativo de inspiración cristiana, constituyéndose también en la primera Universidad de tradición protestante. Esto marcará en la formación profesional universitaria una visión cristiana del mundo y de la sociedad, pero bajo un horizonte ecuménico, de profundo respeto por otras opciones creyentes. En este sentido, el proyecto educativo de la UPOLI propicia una perspectiva laica de la sociedad, pero basada en una ética cristiana donde la vida humana adquiere un valor trascendente en profunda armonía con el medio ambiente y de respeto a los derechos fundamentales de las persona.